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¿Por qué debemos Educar Financieramente a los Hijos?

Seguramente estimado lector, entre tus prioridades se encuentra la de brindarles educación financiera a tus hijos, y prepararlos adecuadamente para un mejor futuro económico. Para lograr este propósito debes involucrarlos a temprana edad y proveerlos con las herramientas didácticas financieras que puedan emplear para convertirse en adultos exitosos. ¿Pero por qué es tan importante hacerlo? Como padres hacemos tremendos esfuerzos para educar a nuestros hijos de manera que puedan “generar” un ingreso en el futuro.

Pero desafortunadamente no les enseñamos, que deben hacer con el dinero una vez que lo tienen en sus manos. En nuestro país la cultura financiera es escasa, en dónde menos del 5% de los niños menores de 18 años tienen una cuenta propia con algún intermediario bancario. Esto nos da por resultado que la edad de inicio promedio para el ahorro es a los 32 años de edad. Y para agravar más la situación, los Colegios y las Universidades tampoco están enseñando temas de “cultura financiera personal” a sus egresados.

Dicho lo anterior, es fundamental tu participación como padre de familia. Los niños nunca son demasiado jóvenes para aprender sobre el dinero, si los encaminamos para que sean económicamente independientes a temprana edad, estaremos colocándolos en una posición de ventaja, con el objetivo de financiar sin préstamos sus propios estudios universitarios, construir un sólido patrimonio, vivir sin deudas en la adultez, y hasta quizá jubilarse antes de lo habitual.

¿Cuáles son la ventajas de esta enseñanza?

Las ventajas son innumerables y podemos destacar también las siguientes: “Conocer de dónde viene el dinero, saber para qué lo utilizamos, encontrar cómo ganar su propio dinero, establecer metas financieras, aprender que no todo se consigue con dinero, fijar prioridades, posponer la gratificación inmediata, interactuar y compartir con otros, formar hábitos económicos sanos y lograr una cultura de prosperidad”. Si tu “no” les estas brindando educación financiera en esta etapa, es tan peligroso como no enseñarles a leer y a escribir. Inculcar esta educación a las nuevas generaciones debe ser una prioridad para todos. Y para ello, debemos afrontar el reto manteniendo una actitud positiva hacia la vida, enseñarles a disfrutar lo que se tiene, a sentir abundancia y seguridad en sí mismos, así como a manejar adecuadamente los recursos que se poseen.

Los adultos que asumen una cultura de prosperidad son quienes están mejor preparados para formar financieramente a los niños, pues transmiten actitudes de prosperidad, no sólo con palabras, sino también mediante sus propias vivencias. Enseñar a los hijos a valorar y hacer crecer el dinero es un proceso largo. No basta con una lección de dos o tres días. Debes comenzar con conceptos sencillos cuando sean pequeños y profundizar a medida que crezcan.

¿Es cuestión de sentido común?

Realiza con los niños más pequeños actividades donde ellos actúen o realicen acciones sobre los objetos (presentación en activa), utilizar con niños más grandes representaciones gráficas como fotos, diagramas, mapas, dibujos (presentación Icónica) y utilizar con niños mayores símbolos como palabras y números (presentación simbólica). Al iniciar la enseñanza de un contenido nuevo, es importante realizar los distintos tipos de presentación, lo cual implica ir de lo concreto a lo formal. Y aún cuando no seas un genio de las finanzas, puedes enseñar a tus hijos cómo planificar su economía en forma responsable. Y es probable que en el proceso tú mismo aprendas algo nuevo. Solo me resta recordarte: “Educa financieramente al niño y no tendrás que mantener al hombre”.

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